Los dioses más importantes son:
Tláloc: dios de la lluvia
Quetzalcóatl: dios de la sabiduría
Chalchiuhtlicue: diosa de ríos y mares
Huehuetéotl: dios del fuego
En Teotihuacán ya encontramos a dos dioses que más adelante adorarían los aztecas: Quetzalcóatl y Tláloc.
Las leyendas pintan a Quetzalcóatl como un jefe venerable, justo, casto y sereno, amante de la sobriedad y de la rectitud, quien gobernó a los toltecas. Esto se explica porque Ce Acatl Topiltzin, líder de los toltecas, tomó por nombre "Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl".
Pero Quetzalcóatl rechazaba los sacrificios humanos, y muchos hechiceros y dioses violentos, que querían alimentarse con sangre, empezaron a urdir intrigas contra el Gran Rey. Sahagún narra en su libro 3, capítulos del 2 al 14, cómo gobernaba Quetzalcóatl en Tula, hasta que llegaron ante él tres hechiceros malignos, y uno de ellos, Tezcatlipoca, consiguió hacerlo beber vino blanco de la tierra (pulque), con lo que lo hizo emborracharse. En su borrachera, Quetzalcóatl hizo cosas vergonzosas, y dándose cuenta de su falta (la borrachera era un pecado gravísimo entre los indígenas), se dio por vencido ante Tezcatlipoca, y huyó hacia el Oriente, a Tlapallan, pero prometió que un día volvería, y que recuperaría lo que era suyo.
La fecha que profetizó para su regreso resultó en una coincidencia tan increíble como providencial, pues en 1519 del calendario cristiano, año Ce-Acatl, tenía que regresar Quetzalcoatl, quien muchos años antes había partido por el mar, en una balsa de serpientes.
Mientras Quetzalcóatl estaba ausente, el dios más poderoso era Tezcatlipoca, dios de la guerra, dios tribal de los mexicas, quien sin embargo temía la vuelta de Quetzalcóatl, como a todos los huey tlatoanis se les anunciaba en su entronización. Cuando llegaron los españoles, de piel blanca como Quetzalcoátl, Motecuhzoma Xocoyotzin, huey tlatoani de Tenochtitlán, no pudo sino dar por hecho que Quetzalcóatl regresaba a vengarse de Tezcatlipoca, y en sus titánicos esfuerzos por detener al Antiguo Rey, envió contra Cortés un grupo de hechiceros de Tezcatlipoca, quienes intentarían vencer a Quetzalcoátl como antaño, y que en este caso, nada conseguirían.
Es importante reseñar esto, porque la leyenda de la rivalidad entre Quetzalcoátl y Tezcatlipoca tendría gran importancia al momento de la Conquista, que para los indígenas significó no una invasión extranjera, sino el regreso de un antiguo, sabio y prudente gobernante... quien sin embargo revelaría ser muy diferente al antiguo dios de los toltecas, pareciéndose más a Xolotl, el alter ego maligno de Quetzalcóatl.
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