viernes, 7 de enero de 2011

Visita virtual - Teotihuacan



Aqui un video virtual sobre la Zona Arqueológica de Teotihuacan
Espero lo disfruten.

Deidades

Los dioses más importantes son: 

Tláloc: dios de la lluvia


 Quetzalcóatl: dios de la sabiduría




Chalchiuhtlicue: diosa de ríos y mares 




Huehuetéotl: dios del fuego





En Teotihuacán ya encontramos a dos dioses que más adelante adorarían los aztecas: Quetzalcóatl y Tláloc.
Las leyendas pintan a Quetzalcóatl como un jefe venerable, justo, casto y sereno, amante de la sobriedad y de la rectitud, quien gobernó a los toltecas. Esto se explica porque Ce Acatl Topiltzin, líder de los toltecas, tomó por nombre "Ce Acatl Topiltzin Quetzalcóatl".

Pero Quetzalcóatl rechazaba los sacrificios humanos, y muchos hechiceros y dioses violentos, que querían alimentarse con sangre, empezaron a urdir intrigas contra el Gran Rey. Sahagún narra en su libro 3, capítulos del 2 al 14, cómo gobernaba Quetzalcóatl en Tula, hasta que llegaron ante él tres hechiceros malignos, y uno de ellos, Tezcatlipoca, consiguió hacerlo beber vino blanco de la tierra (pulque), con lo que lo hizo emborracharse. En su borrachera, Quetzalcóatl hizo cosas vergonzosas, y dándose cuenta de su falta (la borrachera era un pecado gravísimo entre los indígenas), se dio por vencido ante Tezcatlipoca, y huyó hacia el Oriente, a Tlapallan, pero prometió que un día volvería, y que recuperaría lo que era suyo.

La fecha que profetizó para su regreso resultó en una coincidencia tan increíble como providencial, pues en 1519 del calendario cristiano, año Ce-Acatl, tenía que regresar Quetzalcoatl, quien muchos años antes había partido por el mar, en una balsa de serpientes.

Mientras Quetzalcóatl estaba ausente, el dios más poderoso era Tezcatlipoca, dios de la guerra, dios tribal de los mexicas, quien sin embargo temía la vuelta de Quetzalcóatl, como a todos los huey tlatoanis se les anunciaba en su entronización. Cuando llegaron los españoles, de piel blanca como Quetzalcoátl, Motecuhzoma Xocoyotzin, huey tlatoani de Tenochtitlán, no pudo sino dar por hecho que Quetzalcóatl regresaba a vengarse de Tezcatlipoca, y en sus titánicos esfuerzos por detener al Antiguo Rey, envió contra Cortés un grupo de hechiceros de Tezcatlipoca, quienes intentarían vencer a Quetzalcoátl como antaño, y que en este caso, nada conseguirían.

Es importante reseñar esto, porque la leyenda de la rivalidad entre Quetzalcoátl y Tezcatlipoca tendría gran importancia al momento de la Conquista, que para los indígenas significó no una invasión extranjera, sino el regreso de un antiguo, sabio y prudente gobernante... quien sin embargo revelaría ser muy diferente al antiguo dios de los toltecas, pareciéndose más a Xolotl, el alter ego maligno de Quetzalcóatl.



jueves, 6 de enero de 2011

Los monumentos

 La Calzada de los Muertos
Esta calzada, conocida también por Calle de los Muertos es llamada así por investigadores posteriores que pensaron que en sus estructuras se alojaban tumbas de dignatarios. Fue eje de la ciudad y centro ceremonial. Estaba flanqueada por las más vastas construcciones de toda Centroamérica. La organización urbana de esta gran ciudad influyó grandemente en toda Centroamérica.


Comienza esta gran en el recinto de la pirámide de la Luna y va a morir en el recinto que los españoles del siglo XVI llamaron Ciudadela. Su longitud es de 2 km, tiene una anchura de 40 m y está orientada 15º 30’ al este del norte astronómico, como ocurre con casi todas las construcciones de este lugar. A lo largo de la calle se encuentran los edificios más importantes destinados a templos, palacios y casas de personajes de altura. Allí están, además de las dos grandes pirámides, la Casa del Sacerdote, el palacio de Quetzalpapalotl (Quetzalmariposa), el palacio de los Jaguares, la estructura de las caracolas emplumadas, el templo de Quetzalcóatl, la ciudadela y muchas edificaciones más que en su día fueron de gran belleza. En uno de los aposentos se descubrieron pisos construidos con dos capas de láminas de mica de 6 cm de espesor, que fueron cubiertas más tarde con tezontle. El visitante puede contemplar esta curiosidad siempre que se lo pida al guardia del recinto.

Los Grandes Basamentos

Tienen un núcleo hecho de adobe. Después fueron revestidos de estuco y de piedra y añadieron un friso adornado con relieves geométricos se construyeron como basamento de un templo que se hallaba en la plataforma. Los españoles que llegaron en el siglo XVI, todavía alcanzaron a ver los ídolos del Sol y de la Luna.
Cuentan que eran de piedra recubierta de oro y que el ídolo del Sol tenía un hueco en el pecho y en ese hueco se hallaba la imagen del planeta hecha también de oro finísimo. También cuentan que llegaron a ver la plataforma de más de 2.000 pirámides secundarias, todas ellas alrededor de las dos importantes del Sol y de la Luna.

Pirámide del Sol

Construida: 50D.C a 200D.C Es la mayor de las pirámides de la ciudad; su estructura es la de mayor volumen en todo el recinto y es también la segunda en tamaño en México con una altura de 63.5 metros, sólo superada por la de Cholula, la base ocupa 45 mil metros cuadrados.




Pirámide de la Luna
Es de tamaño menor que la Pirámide del Sol, pero se encuentra a la misma altura por estar edificada sobre un terreno más elevado. Su altura es de 45 m. Junto a esta pirámide se encontró una estatua llamada Diosa de la Agricultura que los arqueólogos sitúan en época tolteca primitiva.
Esta pirámide se encuentra situada muy cerca de la del Sol, cerrando por el norte el recinto de la ciudad. Desde su explanada se inicia el recorrido del eje principal conocido como Vía o Calzada de los Muertos.



La Ciudadela
Se encuentra situada al final de la Calle de los Muertos, en la parte sur. Este espacio rectangular fue bautizado con éste nombre por los conquistadores españoles del siglo XVI, que pensaron que se trataba de un lugar militar. Es un patio con habitaciones alrededor donde se supone que vivían los sacerdotes y los gobernantes. En su lado este se encuentra el Templo de Quetzalcóatl.
Palacio de Quetzalpapalotl
Llamado también yiuturry (quetzal, pluma, mariposa), que es la traducción de la palabra componente papálotl. Está al oeste de la Plaza de la Pirámide de la Luna. Es quizás el edificio más lujoso de la ciudad y uno de los más importantes. Fue la residencia de un personaje notable e influyente. Está ampliamente decorado con murales muy bien conservados, sobre todo el color rojo que era el preferido de aquella civilización. Las partes bajas del edificio conservan el color original. Tiene un patio, llamado de los Jaguares; éstos están decorados con bellos bajorrelieves. Hacia la parte central puede verse la representación del dios Quetzalpapálotl con los símbolos que le relacionan con el agua. Este palacio muestra un buen ejemplo de lo que debieron de ser los decorados teotihuacanos.




Palacio de los Jaguares
Está situado, también, en el lado oeste de la Plaza de la Pirámide de la Luna. A ambos lados de la puerta se muestran las imágenes de dos felinos de gran dimensión; llevan sus cabezas emplumadas, con sus patas sostienen una caracola en actitud de soplar por ella, como si se tratase de un instrumento musical. En el lomo y en la cola, tienen incrustaciones de conchas marinas. En la orilla de la parte superior del mural, pueden observarse unos símbolos pertenecientes al Dios de la Lluvia y en un Glifo se ven como decoración unas plumas que representan el año solar teotihuacano.

El Templo de Quetzalcóatl

Se halla a una cierta distancia de las dos grandes pirámides, en la Calzada de los muertos. Fue un descubrimiento arqueológico de 1920. Estaba soterrado por una pirámide de paredes lisas, sin ningún tipo de ornamentación.
La civilización tolteca cuando conoció el sitio de Teotihuacan lo adoptó como enemigo y como ciudad santa. Su costumbre fue la de enterrar allí a sus grandes señores. Los toltecas construyeron entonces este templo. Lo mandó levantar el rey Mitl, que vivió entre 770 y 829. Cuando se descubrió, bajo de la pirámide lisa, salió a la luz toda su decoración de mosaicos hechos con piedras, las cabezas y símbolos divinos del dios Tláloc (el dios de la lluvia y señor del trueno y numen local del valle de México), y del dios Quetzalcóatl (la estrella matutina, la serpiente emplumada, genio nacional). Este dios lo adoptaron después los aztecas y creyeron verlo en la figura de Hernán Cortés). Tenía pues una doble advocación.
También había en el templo un fetiche muy antiguo en forma de rana, por eso en tiempos anteriores a la conquista fue conocido como templo de la rana. Se sabe de él, gracias a la descripción que hace en sus crónicas un personaje erudito de fines de los años 1600 llamado Ixtlilxochiltl, cultísimo descendiente de los reyes de Texcoco. Dice así La rana del templo construido por el rey Mitl en Teotihuacan, era de esmeralda, la cual los españoles que vinieron a esta tierra la alcanzaron y dieron buena cuenta de ella. Efectivamente, la rana era un animal asociado a los dioses del agua; incluso algunos especialistas en el tema aseguran que el mismo animal representa a Tláloc. Los toltecas la consideraban Diosa del Agua. Las ranas anunciaban las lluvias. En algunas fiestas ofrecían este batracio a los dioses, después de asarlos. Los mazatecas se tragaban las ranas y culebras vivas durante la celebración de una fiesta llamada atamalcualiztli.
En esta crónica, Ixtlilxóchitl añade también que, en una montaña al este de Texcoco, llamada Monte de Tláloc, había una gran estatua de este dios, tallada en lava de color blanco. Se trata de la estatua que se descubrió en el siglo XX y que actualmente se halla en la entrada del Museo Nacional de Antropología; pesa 300 toneladas.
La arquitectura de Teotihuacan se caracteriza por tres elementos principales:
1.Talud: parte inclinada de la pirámide
2.Tablero: parte plana de la pirámide
3.Alfarda: protección de las escalinatas para evitar derrumbes




En noviembre de 2010, investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia enviaron un carro robot, llamado Tlaloque I y diseñado por el Instituto Politécnico Nacional, para explorar un túnel estrecho, a 8 metros de profundidad y de aproximadamente 100 metros lineales de fondo, ubicado justo debajo del templo. Al hacer uso de un georradar, se llegó a la conclusión de que dicho túnel lleva a 3 cámaras donde los investigadores suponen se hallan los restos de algunos personajes importantes de Teotihuacan. De acuerdo a la arqueóloga Verónica Ortega: «Lo primero que hubo para hacer adoración en Teotihuacan fue este túnel y posteriormente pusieron un lugar ya sagrado, ahí se construyó la Pirámide del Sol [...] El recubrimiento es totalmente de lodo, [los teotihuacanos] tratan de dar una apariencia lisa a estos muros, probablemente para que las personas que se introdujeran aquí no se dieran cuenta que seguía el túnel». Previamente, este lugar había sido hallado por la cultura mexica y, más recientemente, en los años 1970, aunque en este último no se realizaron mayores hallazgos



Origen de Teotihuacan

Teotihuacan: (náhuatl: Teōtihuácān, «Lugar donde fueron hechos los dioses; ciudad de los dioses» ) es el nombre dado por los mexicas a los restos de centro urbano antiguo de Mesoamérica anterior a ellos y que alcanzó mayor apogeo durante el periodo Clásico y actualmente una zona arqueológica localizada en el valle del mismo nombre, que forma parte de la Cuenca de México. Dista a unos 45 kilómetros al noreste de la Ciudad de México y forma parte de los municipios de San Juan Teotihuacan y San Martín de las Pirámides, en el noreste del estado de México. Aunque la ciudad llegó a tener una superficie de aproximadamente 21 km2, en la actualidad el conjunto de monumentos arqueológicos que se encuentra abierto a la visita del público representa aproximadamente la décima parte de la ciudad original. Llegó a contar con una población de entre 150 y 200 mil habitantes en su época de mayor esplendor.

Desde el periodo mesoamericano, la ciudad de Teotihuacan fue objeto del interés de los pueblos que sucedieron a los teotihuacanos en Mesoamérica. En el Templo Mayor de México-Tenochtitlan se han descubierto numerosas reliquias de origen teotihuacano, por lo que se ha llegado a la conclusión de que entre los primeros exploradores del yacimiento arqueológico se encuentran los propios mexicas. No fue sino hasta finales del siglo XIX cuando se restauraron los monumentos más sobresalientes de la ciudad: los basamentos hoy conocidos como Pirámide del Sol y Luna, localizados en las inmediaciones de la Calzada de los Muertos, llamada así por investigadores de principios del siglo XX.

Teotihuacan fue inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987. Es la zona arqueológica del país con mayor afluencia de turistas, por encima de sitios como Chichén-Itzá y Monte Albán. A pesar de lo que pudiera suponerse dada la gran cantidad de monumentos restaurados del sitio, las excavaciones arqueológicas en Teotihuacan continúan hasta nuestros días, y han dado como resultado un paulatino incremento en la calidad y cantidad del conocimiento que se tiene sobre esta ciudad, de la que, por cierto, se desconocen cuestiones tan importantes como su nombre original y la filiación étnica de sus fundadores. Se sabe, en cambio, que fue un sitio cosmopolita, por la presencia documentada de grupos originarios de la costa del Golfo o de los Valles Centrales de Oaxaca.